ASESINO 130: Conrad Murray; biografía del asesino por imprudencia que acabó con la vida de Michael Jackson

NOMBRE: Conrad Robert Murray

PAÍS: Granada

FECHA DE NACIMIENTO: 19 de febrero de 1953

FECHA DE FALLECIMIENTO: Actualmente vivo

APODOS: El asesino de Michael Jackson

NÚMERO DE VÍCTIMAS: 1

CARGOS JUDICIALES: delito de homicidio por imprudencia

CONDENA: 4 años de cárcel

Amigos y amigas, hoy abrimos una nueva e interesante sección en la web, llamada "asesinos por imprudencia", que tratará precisamente de eso, de gente que ha matado en su vida a otras personas, pero que fueron considerados culpables por actos imprudentes, como por ejemplo en el caso que hoy nos atañe.

Pero este no será el único caso, tendremos muy pronto también, el de José Ortega Cano, ex marido de la cantante española Rocío Jurado.

Sin más dilación comenzamos, no sin antes decir que no vamos a hablar de todo lo sucedido cuando murió el Rey del Pop, ya que esto lo conocemos todos, si no vamos a hablar de la biografía lo más completa posible, de nuestro protagonista de hoy en la web, el ex Doctor Conrad Robert Murray.

Conrad Murray nació el 19 de febrero del año 1953, en el país de Granada, o Grenada. Murray y su familia, pertenecieron a esa clase económica ya desaparecida, la que conocíamos como la clase media. Su juventud la vivió prácticamente entera en Trinidad y Tobago, viviendo junto a sus abuelos maternos, que ambos eran granjeros de profesión.

Ya en Trinidad y Tobago junto a su madre, Murray vivió y estudió allí, obteniendo buenos resultados en materia escolar.

Murray estudió duro y además compaginaba esto, con trabajos duros para un joven de su edad, como por ejemplo trabajador de aduanas, o vendedor de seguros de coches, todo esto con la intención de poder pagarse su cara carrera que quería estudiar, la de médico.

Poco dinero le faltaba ya por reunir para comenzar sus estudios en la universidad, y ese poco dinero lo consiguió comprando una casa a un buen precio, para posteriormente revenderla casi por el doble de lo que él pagó. Es decir, siempre fue un joven muy avispado, y trabajador.

Tras conocer a su padre, que nunca le hizo caso, Conrad Murray viajó a Texas, para estudiar en la universidad de dicho estado americano, cuando ya había conseguido reunir todo el dinero necesario, para costearse su carrera.

En tan solo tres años, consiguió graduarse, y salió con el título bajo el brazo, y puso rumbo a Tennessee, para asistir a una facultad de medicina, para comenzar con las prácticas médicas.

A partir de ahí y años más adelante, ejerció su ya profesión de médico, en numerosos hospitales repartidos por todo Estados Unidos, donde en la mayoría de centros, era considerado un gran médico.

En el año 1999, Conrad Murray decidió abrir una clínica privada en Las Vegas. Su intención era hacer lo mismo que hizo su padre, abrir una clínica no solo para ricos, si no para atender a los pobres de la mejor forma posible. Esto sobre el papel, claro está...

Años después, y también emulando a su padre, abrió un instituto de medicina dedicado a las enfermedades del corazón.

Fue ahí precisamente, donde consiguió alcanzar fama entre sus pacientes, algunos de ellos incluso lo calificaron de un ser supremo, por haberle salvado sus vidas.

Sin embargo a pesar que podría parecer lo contrario, las finanzas no eran su fuerte, al acumular muchísimas deudas en sus clínicas, y ser denunciado varias veces por los acreedores, que se calcula les llegó a deber más de 400.000 dólares americanos, o lo que es lo mismo, alrededor de los 72 millones de las antiguas y queridas pesetas.

Trabajando en Las Vegas, y con Michael Jackson pululando por allí en numerosas ocasiones, fue donde ambos se conocieron, allá por el año 2006.

Michael contactó con Murray, para pedirle información sobre una enfermedad extraña que padecía uno de sus hijos.

Ambos se hicieron amigos rápidamente, y Conrad Murray vio una oportunidad de oro en Michael, para poder subsanar sus deudas de una vez por todas, y dejar de este modo de recibir denuncias constantemente de sus acreedores, que ya le amenazaban incluso, con embargarle la clínica de Las Vegas.

Dentro de los planes que Michael tenía para el año 2009, de realizar una serie de conciertos masivos por todo el planeta, decidió que el candidato más idóneo (que equivocado estaba el pobre) para ser su médico representante, sería el Doctor Conrad Murray, al cual le extendía un cheque mensual, por valor de 150.000 dólares.

Michael encontró en Murray, a su salvador proporcionador de recetas masivas, de medicamentos básicamente para la relajación, como por ejemplo el Orfidal, metadona, percocet y dilaudid, entre otros.

De este modo conseguía las recetas de forma discreta, y con la seguridad que a ese precio, su médico nunca lo iba a traicionar, y le iba a contar a la prensa las adicciones del Rey del Pop, a dichos medicamentos.

Por lo que se podría decir abiertamente, que ambos eran amigos por conveniencia, algo así parecido como "por interés te quiero Andrés".

Michael Jackson "El Rey del Pop", ya había sido diagnosticado en esos momentos por el propio Doctor Conrad Murray, como alguien enfermo, que padecía un insomnio extremo, por lo que el cantante a golpe de talonario, le pidió a Conrad que le hiciera un gran favor, antes de comenzar su agotadora gira de conciertos.

Ese favor consistía en que le consiguiera unos botes de una sustancia llamada Propofol, que se utiliza en salas de quirófanos, para anestesiar a los pacientes. De este modo el creía, que dormiría horas y horas, y llegaría a los conciertos en plena forma.

La "leche" tal y como él llamaba al Propofol, le fue suministrada por parte de Murray, durante más de un mes todas las noches, mediante un goteo intravenoso. Murray sabía perfectamente la peligrosidad de utilizar dicha sustancia tan potente, pero aún así seguía las órdenes de su "pagador", por lo que de negarse sabía que el chollo se le acabaría.

Puso por encima el dinero, a su profesión, ahí fue donde cometió su gravísimo y muy personal error...

El día 25 de junio de 2009, todo parecía indicar que sería una noche más en la vida de Michael Jackson, con el suministro de Propofol garantizado por parte de su médico y confidente, y más teniendo en cuenta, la agotadora sesión de ensayos que el de Gary había realizado ese día en el Staples Center de la ciudad de Los Ángeles. Quién le iba a decir a él, que tan solo unas horas después, volvería al Staples Center, pero dentro de un ataúd...

Aparte de suministrarle el Propofol, aquella noche Jacko pidió mucho más, y Murray ni corto ni perezoso le suministró todo lo que el cantante le solicitó, sin miramiento alguno, a las posibles consecuencias médicas que esto le podría acarrear a su paciente predilecto.

Tras una mezcla brutal de sustancias varias, Michael Jackson falleció...

Tras las investigaciones pertinentes, Conrad Murray fue detenido y acusado de un delito de homicidio por imprudencia, al constatarse que efectivamente, había sido él mismo el que había mezclado todas las sustancias y las había introducido en el cuerpo de Jacko, algo que probaba pues, que lo había asesinado, aunque no era su intención, vamos, lo que conocemos como asesinato involuntario, o por imprudencia.

El día 29 de noviembre del año 2011, tras un duro e intenso juicio, donde incluso se pudieron ver imágenes del cadáver de Michael Jackson en la sala de autopsias, Conrad Murray fue encontrado culpable del cargo de asesinato por imprudencia, y condenado a la pena máxima para este tipo de casos, de 4 años de cárcel en total.

A pesar de apelar dicha sentencia, fue enviado a prisión inmediatamente, cumpliendo tan solo un par de años de pena, ya que desde octubre de 2013, Conrad Murray ya disfruta de la libertad, que en su momento privó a Michael Jackson.

Sin duda uno de los casos más mediáticos de la historia de la humanidad, y habrá quién pensará y con razón, uno de los más injustos...

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