NOMBRE: Manuel Delgado Villegas
PAÍS: España
FECHA DE NACIMIENTO: 25 de enero de 1943
FECHA DE FALLECIMIENTO: 2 de febrero de 1998
APODOS: El arropiero; El vagabundo de la muerte
NÚMERO DE VÍCTIMAS: 48, aunque solo fueron demostradas 7
CARGOS JUDICIALES: 7 delitos de asesinato
CONDENA: Nunca fue condenado ya que le diagnosticaron una enfermedad mental
El asesino del cual vamos a hablar hoy, tiene el dudoso honor de ser considerado el mayor asesino en serie de la historia de España. En total él mismo reconoció haber matado a 48 personas, y la policía solo pudo dar validez a 22 casos de los cuales solo 7 fueron probados.
Pero como cual asesino en serie que se precie, todo tiene su origen que a continuación pasamos a redactar dentro de su biografía...
Nació en 1943 en el seno de una familia con problemas, donde el padre era su mayor enemigo. Ya desde bien pequeño él junto a su padre se dedicaban a vender en las calles de la Comunidad Autonómica de Andalucía. Así mismo no solo vendía, si no que ejercía como vagabundo por los numerosos pueblos andaluces por donde se movía. Es decir, una niñez muy triste...
Los años iban pasando, y la vida de Villegas continuaba igual, sin cambios, hasta que en el año 1961, ingresó en La Legión, y fue allí donde aprendió un golpe de cuello, el cual utilizaría tiempo después para matar a cualquier ser vivo que se le pusiera delante.
El Arropiero era un tipo muy primitivo, con unas condiciones mentales muy retrogradas, y evidentemente como cualquier asesino que se precie, con una carencia de empatía absolutamente máxima. Por si fuera poco sufría de esquizofrenia paranoide, era alcohólico, le gustaba la necrofilia, también padecía epilepsia, y además tenía una desviación que le provocaba un aumento de testosterona anormal, que todavía lo hacía más violento. También comentamos que era retrasado mental.
Si a todo esto anterior, le añadimos que su padre lo maltrataba en exceso, incluyendo violencia psíquica y física, el cóctel hacían de este hombre, el perfil perfecto y encajable, dentro de la denominación de "PsicoKiller".
En aquellos años 60, era mucho más fácil que actualmente, el hecho de cometer delitos y poder burlar a la policía, y este fue quizás el único modus operandi de Villegas, el de cometer los asesinatos de formas totalmente diferentes cada uno de ellos, por lo que la policía tenía muchas dificultades para conseguir dar con él, y así fue...
Alguien un día lo calificó como "un asesino que mataba de forma aleatoria, sorprendente e indiscriminada".
La lista de víctimas incluye los siguientes nombres entre bastantes otros...
- Adolfo Folch Muntaner (asesinado en Llorach)
- Margaret Helene Boudrie (asesinada en Ibiza)
- Venancio Hernández Carrasco (asesinado en el Río Tajuña)
- Ramón Estrada Saldrich (asesinado en Barcelona)
- Anastasia Borrella Moreno (asesinada en Mataró)
- Francisco Marín Ramírez (asesinado en el Puerto de Santa María)
- Antonia Rodríguez Relinque (asesinada en el Puerto de Santa María)
Precisamente por la desaparición y asesinato de Antonia Rodríguez, la policía comenzó a seguir la pista a "El Arropiero", ya que esta mujer disminuida psíquica, había sido vista con él en numerosas ocasiones por las calles de El Puerto de Santa María, e incluso se habló de que ambos mantenían una relación sentimental en el momento de la desaparición de la mujer.
Dada su extrema violencia, incluso alguno de los abogados que tuvo, se asustaron con él hasta tal punto que uno de ellos comentó "si mi cliente saliera algún día en libertad, a las 4 horas aparecerían 5 cinco cadáveres nuevos". Así mismo uno de los policías que lo investigaron dijo de él que "este hombre hubiese hecho un cementerio para él solo".
No permitía que nadie le llevara la contrara, incluso en temas tan básicos como el pedir un cigarillo a una persona, y que la misma le dijera que no tenía. Cualquier cosa que fuese llevarle la contraria, reaccionaba con una violencia desproporcionada.
Tras dejar un auténtico reguero de cadáveres a sus espaldas, fue detenido en 1971 en el Puerto de Santa María, tras matar a su novia estrangulándola con sus propios leotardos. Dos años aproximadamente estuvo acompañando a policías e investigadores por todo el territorio español, para reconstruir los atroces crímenes que había cometido.
Que por cierto esto anteriormente comentado, no fue nada fácil, ya que la policía tuvo que ganarse la confianza de Villegas, incluso siguiéndole el juego y contándose chistes mientras duraban las reconstrucciones, con tal de ganarse la confianza de "El Arropiero".
A pesar de que los investigadores hicieron todo lo posible para conseguir saber a ciencia cierta cuanta gente había matado este criminal, las mismas se detuvieron al dar una orden un juzgado de Madrid, de que Villegas fuese internado inmediatamente en el psiquiátrico de la cárcel de Carabanchel, la ya extinta cárcel madrileña. Allí pasó 25 años, y nunca fue juzgado ya que la justicia lo consideró como "inimputable por su lamentable estado de salud mental".
Ya en el año 1996 fue liberado del hospital de la cárcel, para ser trasladado a otro hospital fuera de prisión, en Santa Coloma, El motivo de la liberación, fue que padecía una enfermedad pulmonar y le quedaba muy poco tiempo de vida.
En 1998 falleció por la enfermedad pulmonar comentada anteriormente y presumiblemente cáncer de pulmón.
Como anécdota y para terminar ya antes de poneros una entrevista que le realizaron cinco años antes de morir, vamos a poner una frase que dijo El Arropiero que demuestra perfectamente porqué es considerado el asesino en serie mayor de la historia de nuestro país...
Dijo tras enterarse que había un asesino mexicano que todavía había matado a más gente que él "denme por favor 24 horas, que verán ustedes como un miserable mexicano no va a ser mejor asesino que un español".
Absolutamente demente este hombre, IMPRESIONANTE.
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BIBA HEL HARROPIEROS!!!!
ResponderEliminarLa pena de muerte resuelve y la sociedad se quita de estos desvios de la naturaleza porque 1.- ese ya no mata más ¿ te parece poco ? 2.- se hace justicia 3.- se defiende a la sociedad preventivamente 4.- es inciero que no sea disuasoria (por ejemplo si temía, el arropiero, que le pegaran, más temería que le cortaran la cabeza. 5.- se ahorra mucho gasto en conservar asesinos revisándolos hasta que los jueces hartos acaban por soltarlos. si el arropiero mató a 48, aunque no está probado, pero lo dijo, le salieron las víctimas ¿ a seis meses ? Somos cómplices de los asesinos con tanto progrerío de salón, ponte en el lugar de las víctimas que tienen que ver como un asesino después de matar a tu ser querido es devuelto por si se le ocurre volver a intentarlo. al fin todos vamos a morir y si hacemos asesinatos ¿qué merecemos ?
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo "Anónimo", gracias por comentar en la web!.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarSolo se te ha olvidado decir una cosa: que no hay nada más democrático en la vida, que matar (judicialmente hablando), a aquel que ha matado a un ser inocente, como por ejemplo un niño, a un anciano, o a cualquier otro persona.
EliminarLa vida de alguien que hace esa atrocidad antinatural, no tiene sentido, y por lo tanto debe ser eliminado por puro sentido común, saludos y bienvenido a la web!.
como os gusta manipular la historia vamos haber si no sois tan manipuladores y embusteros en primer lugar el arropiero no ingreso en la carcel en el año 1972 puesto que ya estaba en el hospital squiatrico penitenciario en el años 69 cuando yo ingrese y ya llevaba 3 años preso
Eliminar2º el arropiero de lo que dice toda esa gentuza desde el año 69 hasta el 72 que estube yo nunca tubo ningun problema con ningun interno ni tampoco con ningun funcionario cosa que era totalmente al reves que todo el mundo lo queria y lo apreciaba por que era muy amigo de hacer favores
31 º es de verguenza que en un pais que dice que se respetan los derechos humanos una persona este 33 años preso sin poder defenderse tan siquiera puesto que nuca tuvo un juicio
4º que es totalmente falso que saliera en libertad en el año 1998 puesto que lo enviaron diresctamente a un spquiatrico por cataluña ahora mi memoria no me acuerdo como se llamaba dicho spquiatrico donde estaba continuamente encerrado y con grilletes a la pata de la cama asi que por favor haber si nos enteramos bien de las cosas antes de soltar tantas gilipoyeces y tantos hijos de puta
solo tengo algo que decir, la misma justicia tiene su codigo penal y de procedimientos y este dice que las personas punibles son aquellas que sean mayores de edad y que esten en plena funcion de sus capacidades mentales, la personas inimputables (nocastigadas) son aquellas menores de edad y que tengan alguna discapacidad en este caso hablamos de una persona con problemas psicologicos ezquizofrenia mparanoide entre otras puedes buscar que pasa cuando tienes la testosterona alta.
ResponderEliminardicen todo se resuelve matando a otras personas puede ser cierto mejor y si pero en el ambito profesional y judicial siempre hay travas
Ya murió y pagó por sus pecados . Solo sabe Dios que juicio merece . Por mi parte , no soy quien para condenar a nadie , pero al arropiero lo mataron desde el primer dia que nació. La verdad, no siento pena por él.
ResponderEliminar1º. El Arropiero no tenía una esquizofrenia y mucho menos paranoide. No tenía ninguna afectación psicótica. Se le trató como enfermo mental porque sus rasgos de personalidad (psicopática) no estaban bien definidos en aquella época.
ResponderEliminar2º No era un retrasado mental. El Test Raven (que utiliza parámetros que no depende de la educación y utilizado principalmente para personas analfabetas) que se le aplicó demostró que tenía un coeficiente intelectual bajo pero el suficiente para entender lo que hacía.
3º Nunca fue juzgado. El sumario resultante de los aproximadamente dos años de investigación se perdió. No se sabe absolutamente nada sobre su paradero.
Por último, me gustaría hacer una reflexión sobre el comentario sobre la pena capital a la que se ha aludido anteriormente en comentarios. Esta no es en ningún caso justificada. Sin embargo, entiendo que el pensamiento reduccionista de "muerto el perro, se acaba la rabia" resulta lógico para aquellos que no se paran a pensar en la culpa subyacente a cualquier conflicto social. Y no me refiero a "curar a la gente", sino a ver los factores involucrados en todo conflicto social. En este caso se trata de una persona que no siente ningún reparo en arrebatar vidas, pero no se aleja sustancialmente de lo que ocurre en un conflicto bélico. Si al final recurrimos al "ojo por ojo" todos nos quedaremos tuertos.